esJuliam: Hoy nos dejas Che.

domingo, 17 de mayo de 2009

Hoy nos dejas Che.

-Hoy nos dejas.

Un día de lluvia en la incansable ciudad de Caracas, terrible día en que una flor amarilla se quema con las gotas bajo un paraguas de palabras y el ocaso de un poeta opaca los suspiros de los amantes.

// Cada día de estos es un quiebre en la belleza natural de las coincidencias, una terrible i-rrealidad y un mundo menos hermoso, menos simétrico, menos amante y menos primavera -Porque ahora se quebraron el resto de las esquinas- y nos quedamos de este lado del espejo, sin vos, que cruzas a aquella otra i-rrealidad y nos dejas, sin angeles amantes, sin palabras caminantes, sin flores amarillas. Amargo día para las mariposas.

( Porque un cronopio más se va y muchos nos quedamos más solos, nos sentimos más solos en este mundo hostil de terrible perfección. Te vas hoy, oh hermoso poeta Uruguayo, hermoso mar de palabras e imágenes, que cruzas el borde de las ciudades y te alejas, dejando atras semáforos y edificios. )

Triste yo, Tristes mis palabras, tristes mis cigarros y mi café, triste el tiempo y todo lo demas que debe tener nombre. Palabra, palabra, palabras. Hoy nos dejas che. Nos dejas.

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cuestion de colores y cinetismos

Basta con que pase de verde a rojo para que los cuerpos se avalancen unos contra otros como en dulce Ilión. -Y la tierra de oscuro semblante por tanta sangre derramada tiembla bajo las pisadas de confundidos contendientes; y la mirada indiferente de Helena que observa los fatales enfrentamientos por diez largos años, rececos por el suicidio continuo de tantos atardeceres; mientras Páris sigue bajo las ruedas y el polvo- ; Así van los cuerpos, inmutables, enmarañados por la cotidianidad de una ciudad corrupta por el ocio, unos contra otros, sin tocarse, sin mirarse, rosandose si quiera con el minimo gesto y respondiendo de la menor y más conveniente forma, como se debe reaccionar en las fábricas de oficios y ocupaciones. El sol que bosteza arto de tanta dialectica inutil y los relojes que conspiran para marcar las seis de la tarde, mientras magnánimas edificaciones vigilan con sus multiples ojos la ciudad, vista desde la ciudad como la ciudad, con tranvías que corren por sus venas y amantes entre plazas, perdidos unos en los brazos del otro. Los arboles que comienzan a pintarse con el baño amarillento de los faroles, siempre elegantes y pretenciosos, mientras los gatos suspiran por los poetas, perdidos en tristezas y girasoles marchitos, con la inevitable acumulación de infinitos otoños y todos los dias es miercoles.

Y esta ciudad,

Caracas, hecha de tu cuerpo que empieza y termina con el mío, enredados y mezclados en cada último delirio vucólico, el abrigo de tus brazos que enlazan el vientre y como el espacio se desdobla en plazas de cabeza, haciendo chocar tus labios con los mios, jugando con la lengua y las miradas; buscandose, dejandose y encontrandose en el piso intermedio de algún edificio en algun boulevard de la ciudad. Mujer de piel de leche que apareces entre dragones infinitos de tráfico y alaridos agotados de ciudades no tan viejas, enredada bajo mis pestañas, entre mis olores y suspiros entreabiertos, tus pies que chocan con los mios bajo sabanas de papel, tus labios dibujados por mi en tantos sueños y los ojos, terrible caja de Pandora.

alguien que se ha vuelto mi ciudad

"hermosa ciudad de poetas donde al caminar los faroles y las fuentes se acercan, se acechan, se besan, se aman, se dejan, se odian y se vuelven a amar, donde la más leve silueta de la montaña imita el cuerpo de dos amantes, presenciando la muerte del sol, eterno enamorado de la luna que da su vida por verla florecer y morir en un interminable ciclo de tormento y colores multiformes....

....

Luego tú, enredada en mis cabellos, escondida bajo mis pestañas, mezclada en mi aliento y en mi sonido, mi propio olor que era el tuyo, así como mis pensamientos, ebrios de ti, totalmente perdidos por tu presencia, en el amplio bosque de tus ocupaciones. Absurdas redundancias inasibles de palabras, como el suspiro mismo que gritan mis manos cuando se alejan de las tuyas, tristes mis dedos por no acomodar esos cabellos tras tus pequeñas orejas, por no recorrer esos caminos de piel de leche que se aleja, sollozantes y miserables por no dibujar las curvas de tu rostro. Tristes mis ojos, arrebatados del contar de tus pecas, tristes por no acariciar con miradas tus labios de caramelo. Triste mi boca que ya no libera palabras a tus sentidos y ya no roza tus mejillas manchadas. Tristes mis oídos que extrañan tus vocales y consonantes, alocadas mezclas en la paleta del artista. Triste mis pisadas que ya no acompañan a las tuyas y mi sombra ahogada en su soledad. Triste yo, inmundo egocéntrico, que ya no te tengo cerca. Y te extraño. "

ciudad es

Es una ciudad hermosa esta que nos encuentra y dispersa, bellísimos atardeceres se acoplan con las sombras de los edificios y las gentes, eternos caminantes en la locura cotidiana, van y vienen felices despues de todo, complicados y simples, con vidas multiformes, como los colores que el cielo viste para tí a cada hora de los días. Porque cada piano que suena me trae tu imagen, bella, terriblemente seductora, blanca como la leche, mujer de mis delirios; y acaba con cualquier imagen ajena, corrompiendo mis conceptos básicos y el café de las caminerías, donde siempre es otoño, donde hablamos, dejándonos al azar. // Y los campos ahogados de tranvias, los gobiernos llenos de oscuros dirigentes, pero Roma decide caer en Caracas, contigo cada noche y todos son italianos, todo es italia contigo, yo que sedo a tí y las cosas se acomodan para nosotros.

A ti, niña de rulos cabellos

Difuso, aun diluido entre palabras enrevesadas, traslúcido el mensaje pero confuso el camino de entrega. La mente perdida entre curvas, curvas de negros cabellos y aun así, envuelto en sábanas de recuerdos, vagando en el bosque de tus ocupaciones.

-Luego espacio de divagaciones y aquellos ojos cafés –que negros aquel día- pero como me gusta marrón, no tanto con leche.

El ocaso de una sonrisa, artista sobre alguna roca -esta vez, observando el arrugado mar- etérea espuma desvanecida entre descuidos con algunos suspiros ahogados. Pero oleaje intenso -con forma de mujer- choca en la arena de mis ideas, revienta en mis costas, dejando las formas de tu estancia, marcadas en tierra con fuego frío -absurda tierra que no es tan firme-

-Luego, no puede evitar escuchar a las sirenas, y aquel dulce canto que baila entre los aires, corrompiendo el ego de algún Prometeo moderno, que mezcla épica importante para contar sobre ella.

-Luego nuevamente, atado a la piedra, comido por las aves del tiempo y consumido por aquel canto que, más que sonoro es mujer. Y palabras que no describen –no pueden simplemente- el idioma dentro de aquella oscura, confusa-nublada-dulce-amarga-ajena-rocosa instancia de ser.

Difuso, más aun diluido entre palabras enrevesadas, más aun delirante por su cuerpo, vestido con traje de roca líquida, tomando lo más alejado de la forma y los bordes, corriendo hacia lo irrisorio, sosteniéndome de aquella imagen- Oh hermosa imagen- y algunos rulos cabellos.

Acerca la realidad ( Frag. Conversación con un gato )

"La realidad no conspira, cómo darle existencia, humanización, a algo tan absurdo, algo tan ambiguo. Va, realidad, de qué estoy hablando, sin caer en tonterías de objetivismos o no, subjetivismo objetivo y bla bla bla. Sin caer en basuras filosóficas, no en Sodoma no, ni mucho menos aquel pozo rectangular bajo mi cabeza. Como confabulan las cosas, como todo ocurre de alguna manera que se mezcla y explota en mi cabeza, cosas, cosidad, mezclas absurdas de cosas, eventos, sucesos, espacio, tiempo y más cosas, palabras, palabra, pala-bra-s. Solo bastaba que sonara el timbre, junto al gato que lloraba en la esquina del patio, el calor y la nube de la izquierda, la palabra bastón, el solo de Miles y el timbre para que todo colapsara en esto, un retorcijón, una incomodidad. Simples hechos simultáneos, aleatorios, independientes, absurdos, básicos, conspirantes, enredados.

Debe ser algún quiebre en la continuidad de las cosas, un estallido en la percepción, una simple causalidad casual -terrible y casual causalidad- un juego de palabras y conexiones mentales, una mala interpretación de esa sustancia amarga y espesa que baña las cosas y está dentro de nuestros ojos, en los oídos, en los vasos, en los bancos y plazas, in das Buro, en las casas, en los espejos y relojes, en los gatos y golondrinas, en el medio de los claveles (y en sus hojas que forman corazones) y detrás de los girasoles, en los besos y en las mujeres. Sustancia que acepta complacida su nombre de realidad, absurdo nombre discutido por tantas gentes, absurdas. Re-a-li-dad, real, realidad, realizable, realizado. "